Hubo un tiempo en el que el juego de los bolos ocupaba una parte importante de los fines de semana de ocio. Los sábados cine y los domingos a la bolera a pasar la tarde.
Los tiempos cambian y las nuevas tecnologias nos invaden. La bolera ahora está dentro de nuestras casas gracias a los videojuegos.
Pero la vida real supera a la ficcion.